יהושע | Granada
Acabo de salir de mi clase de hebreo. Hoy tratamos entre otro las vocales, un concepto bastante único en el hebreo. Aprendí a escribir mi nombre y practicamos un poco más con el Aleph (alfabeto hebreo) con una sopa de letras y nombres bíblicos.
Aprender un nuevo idioma desde cero es una experiencia que como profesor te llena de humildad. Pienso que a veces como profesores de una lengua que dominamos a un nivel alto, solemos sobreestimar a nuestros alumnos o a poner expectativas muy altas en nuestras clases. Obviamente no es algo que hacemos con mala intención, al contrario, sin embargo, es importante preguntarnos si lo que ofrecemos es realmente tan fácil para el alumno como pensamos.
Las clases en la universidad de Granada duran dos horas. Normalmente puedo concentrarme durante esas dos horas, porque las asignaturas me parecen muy interesantes. Pero hoy me ha costado mucho mantener la concentración durante hebreo. Después de una hora empecé a sentirme un poco mal.
Me puse a pensar en las asignaturas que me faltan terminar para mi universidad en los Países Bajos y una ansiedad se apoderó de mí. Creo que esta ansiedad se debe a la falta de motivación que tengo para seguir asignaturas de Fontys desde Granada. Me gustaría poder extrañar Fontys sin sentir un inmenso peso sobre mi espalda. Pero no creo que esto será posible, porque decidí entregar algunos cursos durante este periodo y no el anterior. Es que me era imposible terminar mis prácticas con éxito, prepárame para mi Erasmus, entregar mis portafolios y disfrutar de mis vacaciones con familia al mismo tiempo. Y supongo que en este último año he tratado de pensar un poco más en mi salud mental y menos en el éxito académico. Aunque voy bien y sé que la determinación que tengo para terminar la carrera lo más pronto posible es más grande que cualquier bajón.
Trato de mantener una mentalidad positiva, pero dormí muy poco ayer y cuando duermo poco me pongo a pensar en estas cosas y tal. Pero no hay problema que no tenga solución, así que ya no le voy a dar más vueltas.
Creo que por parte también me siento indignado y trastornado porque el gobierno arubano ha publicado planes para crear un complejo turístico todo-incluido en el este de la isla, en una playa que tiene gran importancia para mi familia y que hasta ahora no ha sido dañada por el turismo. Es una de las pocas playas de las que pueden disfrutar los arubanos y me causa mucha rabia que no pueda hacer nada para parar dicha construcción. Estoy cansado de ver como mi isla es víctima de políticas sucias que tienen como fin crear una economía de la cual compañías multi millonarias se harán aun más ricos y el resto de la población no pueda hacer uso de las playas públicas. Me dan ganas de llorar, me da cólera y siento que tengo las manos atadas. El gobierno y la forma en que manipulan la mentalidad de la población me da asco. La forma en la que la población apoya a partidos políticos como si fueran partidos de fútbol me da asco. El hecho de que haya corrupción me da asco. El hecho de que la ley no proteja la naturaleza me da asco. El hecho de que mis hijos crecerán en un mini Miami me da asco. El hecho de que la mayoría de la población no tengan la educación necesaria para pensar de forma objetiva me duele. No es lo que quiero para mi país.
En fin, me pinté el pelo gris. Pero parece dorado así que me lo voy a cortar alguno de estos días para no andar por ahí como si fuera Ricitos de oro.
Gracias por leerme.
P.D. Mi nombre en hebreo se escribe así (leer de derecha a izquierda): יהושע
Aprender un nuevo idioma desde cero es una experiencia que como profesor te llena de humildad. Pienso que a veces como profesores de una lengua que dominamos a un nivel alto, solemos sobreestimar a nuestros alumnos o a poner expectativas muy altas en nuestras clases. Obviamente no es algo que hacemos con mala intención, al contrario, sin embargo, es importante preguntarnos si lo que ofrecemos es realmente tan fácil para el alumno como pensamos.
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Apuntes de una clase de hebreo. |
Las clases en la universidad de Granada duran dos horas. Normalmente puedo concentrarme durante esas dos horas, porque las asignaturas me parecen muy interesantes. Pero hoy me ha costado mucho mantener la concentración durante hebreo. Después de una hora empecé a sentirme un poco mal.
Me puse a pensar en las asignaturas que me faltan terminar para mi universidad en los Países Bajos y una ansiedad se apoderó de mí. Creo que esta ansiedad se debe a la falta de motivación que tengo para seguir asignaturas de Fontys desde Granada. Me gustaría poder extrañar Fontys sin sentir un inmenso peso sobre mi espalda. Pero no creo que esto será posible, porque decidí entregar algunos cursos durante este periodo y no el anterior. Es que me era imposible terminar mis prácticas con éxito, prepárame para mi Erasmus, entregar mis portafolios y disfrutar de mis vacaciones con familia al mismo tiempo. Y supongo que en este último año he tratado de pensar un poco más en mi salud mental y menos en el éxito académico. Aunque voy bien y sé que la determinación que tengo para terminar la carrera lo más pronto posible es más grande que cualquier bajón.
Trato de mantener una mentalidad positiva, pero dormí muy poco ayer y cuando duermo poco me pongo a pensar en estas cosas y tal. Pero no hay problema que no tenga solución, así que ya no le voy a dar más vueltas.
Creo que por parte también me siento indignado y trastornado porque el gobierno arubano ha publicado planes para crear un complejo turístico todo-incluido en el este de la isla, en una playa que tiene gran importancia para mi familia y que hasta ahora no ha sido dañada por el turismo. Es una de las pocas playas de las que pueden disfrutar los arubanos y me causa mucha rabia que no pueda hacer nada para parar dicha construcción. Estoy cansado de ver como mi isla es víctima de políticas sucias que tienen como fin crear una economía de la cual compañías multi millonarias se harán aun más ricos y el resto de la población no pueda hacer uso de las playas públicas. Me dan ganas de llorar, me da cólera y siento que tengo las manos atadas. El gobierno y la forma en que manipulan la mentalidad de la población me da asco. La forma en la que la población apoya a partidos políticos como si fueran partidos de fútbol me da asco. El hecho de que haya corrupción me da asco. El hecho de que la ley no proteja la naturaleza me da asco. El hecho de que mis hijos crecerán en un mini Miami me da asco. El hecho de que la mayoría de la población no tengan la educación necesaria para pensar de forma objetiva me duele. No es lo que quiero para mi país.
En fin, me pinté el pelo gris. Pero parece dorado así que me lo voy a cortar alguno de estos días para no andar por ahí como si fuera Ricitos de oro.
Gracias por leerme.
P.D. Mi nombre en hebreo se escribe así (leer de derecha a izquierda): יהושע
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